Vocación samaritana



Nuestra Señora del Rosario

Para el día de hoy (07/10/13):  
Evangelio según San Lucas 10, 25-37


(Un samaritano era objeto de todos los desprecios: originalmente integrantes de Israel, y a causa de las invasiones asirias y babilónicas, Samaria fue parcialmente colonizada por extranjeros. Esa situación era intolerable para la tradición rabínica, toda vez que, precisamente, un galardón distintivo de Israel era su carácter separado del resto de las naciones y la pureza sin mancha de su raza; así entonces, un samaritano es un impuro, un mestizo, una mancha que la pureza de Israel no soporta.

De una manera provocativa y extraña, el Maestro se vale del ejemplo de un samaritano para enseñar, para realizar una profunda interpretación de la Palabra frente a la requisitoria de un legista, o sea, de un exégeta oficial de las Escrituras.

Mucho se ha escrito y mucho se escribirá acerca de esta parábola maravillosa, y no hay límite en las aguas que de ella podemos beber, pues lo eterno no se acota. 
Aquí solamente nos detendremos humildemente en un aspecto, y es el de la vocación. Vocación no es solamente enderezar las capacidades propias hacia una profesión acorde y exitosa. Vocación es el llamado mismo del Creador, llamado permanente a descubrirnos hijas e hijos, a ser plenos, felices, totalmente humanos.
Así entonces la vocación, necesariamente, es vocación religiosa y no tanto por pertenencia confesional, sino más bien por por el modo de re-ligarnos, por el cómo de re-vincularnos con Dios y con el prójimo.

Entonces ¿quién es mi prójimo?. El término, en apariencia trae la respuesta, toda vez que etimológicamente prójimo remite a próximo, es decir, aquél que está cerca, y aquí precisamente destella uno de los caracteres decisivos, revolucionarios, de la Buena Noticia. Porque para Jesús de Nazareth el prójimo no se resuelve en cercanía física, emocional, religiosa, cultural, nacional, sectaria: el prójimo es aquél a quien yo me acerco, prójimo son aquellos a quienes nos aproximamos/aprojimamos de manera incondicional y sin reservas, prójimo es aquél que está caído y a quien no le preguntamos identidades o pertenencias: prójimo es el necesitado de compasión y de socorro.

Por ello esto tan crucial: la vocación cristiana es vocación samaritana, pues es religión de socorro y misericordia antes que de templos de piedra, es fé que rinde culto a su Dios en el hermano, y en el hermano caído, fé que sólo sabe reconocer a hermanas y hermanos en todas partes, aún cuando en apariencia nada tengan que ver con nosotros.

Esta vocación es descubrir lo eterno, a Dios mismo, aquí en estos arrabales. Porque el cielo se decide y edifica en el aquí y el ahora, y el Dios de Jesús de Nazareth se ha encarnado en la historia humana misma, Dios que se encuentra en el otro, en el caído, Reino que florece en la compasión, religión verdadera, religión primera)

Paz y Bien

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