El monstruoso dinero




Para el día de hoy (22/06/13):  
Evangelio según San Mateo 6, 24-34



(El mensaje del Maestro es universal y eterno, es decir, es ofrenda y don para toda la humanidad sin distinción a través de todos los tiempos. 
No obstante ello, Jesús de Nazareth enseñaba lo que Él conocía de Dios y de las cosas de Dios en el mismo lenguaje de aquellos que lo escuchaban, y especialmente, a partir de la cotidianeidad de sus oyentes. 

-es algo que a menudo dejamos de lado, hablar de las cosas de Dios con la mujer y el hombre de hoy en el ámbito de sus experiencias y vivencias cotidianas-.

Él tenía por interlocutores habituales a pescadores, artesanos y campesinos galileos. Los conocía bien, había vivido desde niño al igual que ellos y entre ellos, sabía de primera mano sus padecimientos, sus sufrimientos, sus luchas inverosímiles para procurar el sustento a sus familias. Aún así, los quiere advertir acerca de una sobreesclavitud presente y no tan explícita.
Porque aquellos que han articulado todo un sistema que los condena a una aviesa miseria son los servidores evidentes de un monstruoso dios, el dios dinero, inefable productor de esclavos y esclavitudes, que se traga sin piedad a tantos, que nada le importa excepto la acumulación desmedida aún a costa de la vida de tantos. Son los mismos que hoy quieren justificar perpetuar sistemas totalmente inhumanos, imponiendo el culto desenfrenado a ese dios falaz, en la liturgia infernal del mercado, condenando a millones a la infamia del hambre, del desempleo, de la falta de hogar, de la pobreza y miseria razonadas.

Pero esos pobres que están tan cerca de Él -Él mismo es pobre entre pobres, como el mismo Dios- corren cierto peligro, y es el de volverse también cultores y servidores de ese ídolo cruel, en los afanes de la supervivencia diaria, en hacer lo que fuera para que a los hijos no les falte el pan.

Ese Dios del que Él les habla es un Dios que es Padre y Madre que se desvela por el bien de todas sus hijas e hijos, un Dios que viste con ternura a los lirios del campo, y que se vuelca por entero a aquellos que pasan necesidad, sometidos en el agobio de existencias injustas y casi nada humanas.
Allí está la asombrosa justicia del Dios de Jesús de Nazareth, una justicia que es misericordia, que es compasión, que es solidaridad, todas cosas habitualmente ninguneadas y despreciadas por el dios cruel del dinero. 

Porque el Reino está aquí y ahora, y la planificación de existencias y economías debe realizarse inevitablemente desde la persona humana; toda otra cuestión es nube tóxica y nada más ni nada menos que una estúpida mentira que intenta perpetuar la opresión y la muerte.

Nos debemos permitir la esperanza, ahora mismo, y hacer de estos campos yertos un valle fértil en donde la vida germine y crezca en paz, estos campos que ansían el agua buena de este Dios que se hace pan, que se hace lluvia, que se hace hermano, que se hace uno de nosotros)

Paz y Bien

1 comentarios:

José Ramón dijo...

Ricardo Interesante Post feliz fin de semana de San Juan

Mi nuevo blog:
http://comprenderysaber.blogspot.com.es/

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