Criterios de medida


Santos Ángeles Custodios

Para el día de hoy (02/10/12): 
Evangelio según San Mateo 18, 1-5. 10

(La lectura literal de la Palabra es peligrosa, pues nos puede conducir a fundamentalismos gravosos o también, leer lo que nos convenga y del modo en que mejor se nos acomode a nuestras necesidades.

No podemos mantenernos en esas posturas.

Por el contrario, es imprescindible que de continuo la Palabra nos vuelva a interpelar, a iluminar, a cuestionar lo que damos por supuestamente establecido y sólo responde a nuestros mezquinos esquemas.
Porque la Buena Noticia no puede ser contenida ni restricta por nada ni nadie.

Así entonces, el Evangelio para el día de hoy -en apariencia- nos habla de la especial preferencia de Jesús por los niños frente a las especulaciones de los adultos. Y es así, sin embargo hay más, siempre hay más.
Porque frente al persistente interés de los discípulos -los Doce, vos y yo, tu y ella, todos nosotros- en determinar primacías y mayorazgos, el Maestro se reafirma en una cuestión fundamental en el tiempo de la Gracia: el mayor es el que se hace pequeño, el que decide irse al último lugar, el que opta abiertamente por los mínimos, por los que no cuentan, por los que a nadie importan.

Es importante también situarse en la mentalidad de la época de la predicación de Jesús: en la Palestina del siglo I, un niño no tiene relevancia social ni derechos, depende por entero de los demás y es considerado como un hombre incompleto sin ninguna prerrogativa. 
De un modo asombroso, Jesús de Nazareth -expresión total del amor de Dios- se pone abiertamente del lado de los pequeños, de esos que no son tenidos en cuenta, de aquellos que sólo pueden esperar algo bueno de parte de Dios. 
Por ello también, la contundencia de sus palabras en el cuidado que debemos brindar hacia ellos, haciéndonos ellos, poniendo como centro de nuestras comunidades a los niños, a las hermanas y hermanos mínimos. 

La expresión de los ángeles que miran el rostro de Dios a perpetuidad, en constante presencia del Dios de la Vida, es signo del amor maravilloso que Dios nos tiene, un Dios con esa mirada de Padre y Madre puesta para siempre en todos y cada uno de nosotros)

Paz y Bien



 

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