María de Magdala, el amor que no se resigna

Para el día de hoy (10/04/12):

Evangelio según San Juan 20, 11-18

(María de Magdala está agobiada por el dolor: ha visto morir a su Maestro en la cruz como un criminal, como un delincuente abyecto, como un maldito. Hasta su sepultura ha sido casi clandestina, en una tumba cedida a préstamo, y con el miedo imperante sus amigos se han escondido dejándolo solo.

Ella está de luto, vestida de lágrimas, y ella persiste en su corazón la muerte que parece haber arrasado todo, por ello mismo busca un cadáver, un cuerpo de vida negada. Pero aún cuando no puede ver ni entender que no es el final, ella no se resigna a seguir amando, a persistir en su querer. Porque cuando se ama de verdad, toda quietud y toda parálisis se disipa a pesar del dolor.
Y aunque busque a un muerto, ella busca. Quiere seguir honrando aunque sea en sus despojos a quien era su esperanza.

Por ello se sorprende y desespera: la tumba está vacía, y teme que en medio de tanto espanto, también le hayan quitado el cuerpo del Señor. Ella conoce bien el tema, al fin al cabo es mujer y es mirada con desprecio y menosprecio, y hasta el día de hoy se sigue suponiendo, con interpretaciones mediocremente piadosas, suposiciones falsarias, olvidando lo principal, lo decisivo, lo que cuenta: María Magdalena es una mujer que ama.

Pero sus angustias se disipan de una vez y para siempre cuando escucha su nombre: es el momento clave de todo destino, aquel que acontece cuando nos sabemos reconocidos desde nuestra identidad única e irrepetible, reconocidos y queridos por Aquél que nos sueña plenos desde siempre.
Ello tiene un único destino de alegría que moviliza, que renueva, que reconstituye.
Jesús es el Resucitado pero es María de Magdala quien emerge también de las sombras de la muerte.

Ese amor inquebrantable y ese reconocimiento del Maestro la vuelve testigo y misionera: ella será evangelizadora de aquellos Once temblorosos y agobiados.
Es sólo eso, y todo eso: -¡Alégrense, Jesús está vivo, lo hemos visto!-)

Paz y Bien



1 comentarios:

soledad interior dijo...

ella no se resigna a seguir amando, a persistir en su querer. Porque cuando se ama de verdad, toda quietud y toda parálisis se disipa a pesar del dolor.
Y aunque busque a un muerto, ella busca. Quiere seguir honrando aunque sea en sus despojos a quien era su esperanza.Gracias por su reflexión me ha dicho mucho en estos momento de mi vida buscarle a pesar de las dificultades y los momentos de dolor sólo seguir buscandole, gracias que Dios le pagué su caridad,

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