El pan del escándalo

Para el día de hoy (27/04/12):

Evangelio según San Juan 6, 52-59

(El pan adquiere verdadero valor y significado a partir de lo que se ha puesto para hacerlo y procurarlo, es decir, supera el mero hecho biológico del sustento cuando se considera el esfuerzo primordial que existe antes de llegar a la mesa.
Así entonces, el pan que arriba a la mesa familiar está revestido del amor y la dignidad del que se ha sacrificado con su trabajo para que los suyos no pasen hambre. No es difícil entonces inferir, más allá de toda lectura abstracta o de cualquier interpretación ideológica, que en ese pan está también la vida del trabajador que duramente se lo ha ganado para los suyos.

Quizás por ello el trabajo es tan vilipendiado y menoscabado en los hechos actuales, considerado solamente como una variable económica más, como un abstracto concepto de análisis desencarnado de aquellos que a diario se queman en silencio y humildad por la vida y la dignidad primordiales.

Algo similar les sucedía a aquellos duros observantes de la Ley en tiempos de Jesús; tan esclavos de la literalidad, se encontraban ciegos y sordos para encontrar el sentido de la bondad y el amor de Dios que expresa Jesús de Nazareth, y esa vida entregada voluntariamente se ofendían y escandalizaban. Sólo aceptan al Cordero Pascual de sus ritos, sólo toleran la neutralidad de su liturgia, y esta situación no no es ajena ni desconocida.

La Eucaristía, cuando se nos vuelve abstracta y desencarnada de Aquél que renueva a diario su sacrificio por todos y cada uno de nosotros, es sólo un acto relativo más de un culto cualquiera; así entonces, es un pan al que consideramos llovido de pura casualidad, no un pan regalado, no un pan adquirido con el esfuerzo mayor de la existencia entregada para la vida de los demás.

Por ello mismo, Eucaristía es acción de gracias que se expresa no tanto con palabras sino con sorprendentes actos de misericordia y compasión, el pan escandaloso y asombroso de la Gracia y la mesa compartidas)

Paz y Bien



1 comentarios:

soledad interior dijo...

Sólo puedo decir gracias, por su reflexión.

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