La renuncia de Dios

Para el día de hoy (18/03/12):
Evangelio según San Juan 3, 14-21

(Es extraño, muy extraño.
Dios no se adecua a lo que esperamos de Él, no se condice con nuestros esquemas, contradice cualquier imagen que nos hayamos forjado por comodidad o necesidad y reniega de esa ideología enquistada del éxito -cruel ética de winners y losers-. Así se hace difícil cualquier religión, porque de continuo Él quebranta alegremente los cánones y preceptos que hemos inventado en nuestra necesidad de estructurarnos e imponernos jerarquías y escalas de importancia.

El ha renunciado a su status celestial de Dios lejano e inaccesible, oculto tras las nubes. Es el Dios increíble que es capaz de ir a cualquier lado con tal de rescatar a ese hijo que ha renegado de Él y que se ha extraviado en su disipación en la extranjería de su amor familiar, el mismo Dios que se arriesga en los riscos y precipicios buscando a una pequeña oveja perdida, el que se detiene invariablemente a auxiliar al caído a un costado del camino, sin importarle pertenencias u orígenes.

Es un Dios que está enamorado apasionadamente de la humanidad, de toda la humanidad, de todos los pueblos y naciones, de todos y cada uno de nosotros, y que en esos amores no se escatima nada para sí.

Ha renunciado a su derecho a juzgar y condenar a los que se apartan de Él y de sus mandatos. No quiere ser juez ni mucho menos verdugo. Eso ha quedado en nuestras manos, Él se ha acercado con bondad y salvación para todos, sin excepciones.

En esos descensos desde su infinitud, la salvación entendida como plenitud y vida ilimitada no ha quedado relegada a un futuro incierto, en donde una divina balanza decidirá la pertinencia de méritos acumulados como pasaporte al Edén de las promesas. La salvación tiene perfume de presente, acontece en nuestro aquí y ahora y ha sido puesta en nuestras manos, porque ese extraño Dios tiene una fé ilimitada en todos nosotros, en contraposición a lo poco que confiamos en Él.

Y como la Salvación sucede ahora, tiempo santo de Dios y el hombre en el hoy de la Redención, toda la vida se transforma a partir de esas ganas de liberación. Toda la vida puede y debe transformarse.

¿En donde nos reuniremos para no estar tan solos, para que todo no sea una poética iniciativa individual sin mucho destino?. La sombra ominosa del dolor y la violencia siempre está amenazando a los hambrientos desaforados de paz y de justicia.

Nosotros seguimos una bandera izada como señal de auxilio para nuestra gente y para todos los que andan en tinieblas y en sombras de muerte y desolación.
Nosotros seguimos a Jesús de Nazareth, hijo de Dios y hermano nuestro, Cristo de nuestra Salvación que también ha renunciado a su propia vida en la cruz para que todos vivan, para que ya no haya chivos expiatorios, para que no se siga derramando sangre bajo cualquier pretexto, para que la vida se acreciente donándola con generosidad y desinterés)

Paz y Bien




2 comentarios:

María Jesús dijo...

Magnífica entrada.
Un abrazo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Un abrazo para tí y un sentido agradecimiento por tu cordial presencia.
Paz y Bien
Ricardo

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