Nuestras buenas intenciones y Tus malas compañías

Para el día de hoy (13/12/11):
Evangelio según San Mateo 21, 28-39


(Tal vez por pertenencia, quizás por cierto grado de comodidad y tranquilidad, solemos degustar el sopor del cambio innecesario, es decir, ese rendirse alegremente a la resignación y y al conformismo perpetuos. Es esa fé que se declama más no se proclama, es esa religiosidad de las costumbres que reflejan la incapacidad de transformarse, los indicios de convertirse.

Es la religión hiperpoblada de buenas intenciones y escasas acciones.
Es claro: de buenas intenciones está empedrado el camino de la perdición, y tal vez en parte hemos salido del empedrado y hemos llegado a las rutas y autopistas bienintencionadas y bienpensantes.

Sin embargo, Maestro, tus huellas están en otro lado. Sin despreciar a nadie, te gusta andar en malas compañías, con los peores, con los que nadie quiere.
Alguna vez fueron publicanos y prostitutas, hoy probablemente se llamen inmigrantes ilegales, homosexuales, divorciados, heterodoxos, enfermos,mamás solteras, los sin tierra y sin hogar, los que no cuentan para nadie, los que nadie sentaría a su mesa.
Tus malas compañías, Señor, te vuelven escandaloso, impuro, blasfemo. Tus malas compañías no concuerdan para nada con nuestras buenas intenciones.

Tus malas compañías -aún cuando nos duela- son signos del Reino, porque en tu Reino los últimos son los primeros, porque en tu Reino la vida se edifica día a día, porque el tiempo que nos toca es escaso y con todo y a pesar de todo, somos un poco de tierra fértil que anda y es necesario volver a la viña, poner manos a la obra y no dispersarnos más.
Un Niño que crece en silencio aumenta las urgencias de Madre, y es menester dejarle un lugar al abrigo de nuestros corazones)

Paz y Bien

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