La canción de María de Nazareth


Para el día de hoy (22/12/11):
Evangelio según San Lucas 1, 46-55

(El anciano sacerdote Zacarías, ante el anuncio del Mensajero, se había quedado mudo hasta que naciera ese hijo soñado.
No se trata sólo de sus dudas: los sacerdotes, los guerreros y los reyes se callarán para que hablen las mujeres, y para que el llanto de los niños recobre significado.

Zacarías enmudece porque, a veces, es mejor llamarse a silencio para que nos nazcan cosas nuevas.
María de Nazareth, en cambio, desborda de alegría incontenible y le canta a su Dios.
Se sabe pequeña, mínima, insignificante -una esclava- y desde su enorme pequeñez descubre la acción bondadosa de Dios en su vida, y su vida entera se hace canción y profecía.

A algunas almas algo mezquinas y demasiado circunspectas les cuesta horrores aceptar la Buena Noticia expresada en el canto nuevo del Magníficat: prefieren una Señora alejada en las alturas de los altares, vestida con ropajes costosos y portadora de joyas y valiosas coronas.
Pero en la ilógica del Evangelio, María de Nazareth es aquella muchachita judía, campesina de aldea polvorienta que desde su confianza y su fidelidad inaugura el kairós, el tiempo santo de la Gracia y la Misericordia.

Recuperar su pequeñez y su frescura es volver a honrarla, es enamorarse de ella como Dios mismo, es cantar decididos y sin temor que Dios no se ha olvidado de la humanidad, que Dios se pone abiertamente del lado de los pequeños, que en ellos está el secreto para transformar la historia, que los poderosos no tienen destino porque Él exalta a los humildes, porque no bajará su brazo jamás, porque siempre cumple sus promesas al pié de la letra, porque es justicia y misericordia por puro amor, porque es un Dios que detesta que sus hijas e hijos pasen hambre, porque es un Dios que interviene en la vida transformándola.

Con esa muchacha volvemos a cantar y a celebrar hoy que no abdicamos en la esperanza, que no nos resignaremos jamás a opresiones y exclusiones, y que es maravilloso que Dios se nos aparezca y nos sorprenda allí precisamente en donde nadie esperaría demasiado, en medio del pobrerío, desde el llanto de un Bebé Santo que viene para quedarse definitivamente, un Dios que quiere que lo acunemos en nuestros brazos)

Paz y Bien

4 comentarios:

Rosario dijo...

Hola, le deseo una FELIZ NAVIDAD y prospero año nuevo junto a su familia.
Un abrazo.

Rincon de la Esperanza dijo...

MUY FELIZ Y SANTA NAVIDAD!!! Saludos cordiales desde Paraguay

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Rosario, muchas felicidades para tí y los tuyos, en la paz y la mansedumbre de ese Niño que nos nace para nuestra Salvación
Paz y Bien
Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Magda, gracias por tus palabras!
Desde algo más al sur, desde esta Buenos Aires un saludo fraterno deseándote la felicidad y la paz del Dios que nos nace, para vos y tu familia.
Paz y Bien
Ricardo

Publicar un comentario

ir arriba