Shalom perdida

Para el día de hoy (17/11/11):
Evangelio según San Lucas 19, 41-44


(Es una escena conmovedora: Jesús llora por Jerusalem, profetiza que en unos años la Ciudad Santa será rodeada por las legiones de Vespasiano y Tito, que no quedará piedra sobre piedra, que muchos de sus habitantes caerán a manos de espadas romanas y otros tantos serán vendidos como esclavos. El Templo -centro religioso, neurálgico y político de Israel- será derrumbado.
Y quizás, por la fuerza de la profecía, se nos escape un distingo primordial de su humanidad: Jesús llora por su patria, por sus paisanos.

Lo verdaderamente grave es que esas piedras, muros y pavimentos considerados sagrados no lo son: en realidad son objetos, cosas, vacíos de contenido pues en ellos no está Aquel que les otorga la sacralidad con su Presencia.

La ciudad ha perdido y rechazado la paz santa, Shalom de la Gracia que se alcanza permitiendo que la Buena Nueva habite en sus calles. Es la paz que es hermana de la justicia y de la solidaridad, es la paz que respeta la vida como sagrada porque en cada mujer y en cada hombre reconoce a un templo vivo y palpitante del Espíritu de Dios.

En nuestras ciudades también la paz no tiene espacio: cuando se sacraliza lo financiero, cuando se reconocen santos determinados lugares antes que a las personas, la Shalom no es posible y se abren las puertas a todo tipo de violencias)

Paz y Bien

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