Con tu hermano al hombro

Para el día de hoy (10/03/11):
Evangelio según San Lucas 9, 22-25

(En tiempos de Jesús, la crucifixión es la pena capital impuesta por el imperio romano para castigar a los criminales más marginales; a su vez, colgar de un patíbulo significaba para la tradición judía ser maldito, la peor de las abyecciones.

No es nada fácil lo que plantea este rabbí galileo -un artesano entre nosotros-: dice que para seguirle hay que aceptar libre y conscientemente la marginación y el desprecio en su Nombre.
Implica también renegar de toda comodidad y elusión de todo riesgo; es fácil proclamar preceptos religiosos desde el poder y ciertas seguridades, confortables ambientes del alma en donde no hay lugar para sobresaltos pues todo está cuidadosamente regulado. Sin embargo, el Maestro invita a aceptar el dolor y la muerte como parte de la existencia pues no tenemos otro horizonte que la Resurrección.

Tomar la propia cruz y seguirlo también significa repudiar en el día a día todas esas cruces impuestas de dolor, de marginación y de resignación que se cargan deliberadamente sobre las espaldas quebrantadas de los más pobres, de los golpeados, de los que no tienen lugar para la esperanza.

Cargar la propia cruz y seguir a Jesús, quizás, se exprese mejor en esa compasión que se demuestra cuando nos ponemos al hombro al hermano que se ha caído y que ya no puede andar)

Paz y Bien

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