Misión de regalos, obreros de la compasión

Para el día de hoy (04/12/10):
Evangelio según San Mateo 9,35 - 10, 1.5-8

(El .
No espera a que las gentes vengan hacia donde Él podría estar cómodamente instalado; sale en su búsqueda, Dios mismo saliendo al encuentro de sus hijas e hijos.

Y su tarea es la de los suyos: sus discípulos amplían y magnifican el anuncio de la Buena Noticia hasta los confines de la creación, sus discípulos son otros Jesús, son signos de Dios-con-nosotros.

En medio de multitudes a la deriva, agobiadas de dolor y miseria, extraviadas en la rutina y el egoísmo -ovejas sin pastor-, está la tarea de proclamar esa Noticia Buena: se enseña con dedicada devoción por el prójimo, se sanan los enfermos, el mal se expulsa... El Reino se hace presente donde sucede el bien.

Se trata de una tarea que exige dedicación exclusiva, es decir, no tanto por una mera cuestión de disponibilidad horaria sino más bien por el compromiso de la totalidad de la existencia.
Y esos trabajadores -misioneros especialmente elegidos desde un corazón entrañable y misericordioso- tienen por distingo principal el ser experimentados obreros de la compasión: a todo lugar, sin exclusión alguna, hacen presente el amor que Abbá nos tiene asumiendo como propio el sufrimiento el otro.

Es misión de regalos, tarea de generosidad sin condiciones, eficaz locura de solidaridad y justicia... y hay pocos trabajadores, y hay que suplicar sin desmayo que Él nos envíe más y más- La tarea es enorme.

Quizás los más capaces sean los niños, aquellos que no han perdido su capacidad de asombro y tienen un corazón hábil para la alegría de descubrirse queridos, cuidados y amados.

En ese horizonte cada vez más cerca se nos dibuja poco a poco un Niño Santo en brazos de su Madre -changuito de luz, guagua de pan- quizás diciéndonos desde su humilde silencio que es necesario volverse niños para redescubrir el regalo mayor de la vida)

Paz y Bien

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