Nosotros, los administradores

Para el día de hoy (20/10/10):
Evangelio según San Lucas 12, 39-48

(Se nos ha confiado la vida, nada menos.
En nuestras manos está nuestra existencia, la vida del hermano, la vida sobre el planeta, todas expresiones del sueño infinito del Creador.

Claro está, esta tierra no nos pertenece. El verdadero propietario regresará en cualquier momento para que aclaremos que hemos hecho con ella.
Tenemos cierta vocación de administradores, y esa vocación se descubre en la misma raíz del término: ad-ministrum, al servicio.

Con Pedro, le preguntamos al Maestro si Él nos dice estas cosas a nosotros en particular o a todos... La vida está en nuestras manos, por ello mismo quizás la respuesta sea que Él nos habla a todos y cada uno de nosotros desde nuestra propia identidad única, más allá de género y estado.
Es un compromiso existencial que supone, ante todo y claramente, administrar esta herencia para que nadie pase hambre, para que haya sustento para todos, para que la Palabra sacie todas las almas.

Y si somos tierra que anda, el cuidado fiel y prudente del bien del prójimo necesariamente debe ser extensivo a la naturaleza -esa naturaleza que descubrió hermana nuestro santo hermano de Asís-.
Nuestro compromiso como administradores comienza en esta pequeña parcela de tierra fértil que somos y que se extiende al hermano y a la creación.

Si abrimos bien los ojos del alma, en todo podemos descubrir que el Dueño volverá en cualquier momento... y que ya, ahora mismo, lo entrevemos en las miradas de los pobres, en la sonrisa de los niños, en la agonía de los enfermos, en la belleza increíble de toda la creación.

Habrá pues que decidirse en ese camino de fidelidad y prudencia valiente, sin reservas, pues mucho se nos ha confiado a pesar de nuestros quebrantos y más allá de nuestra pequeñez)

Paz y Bien


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