La purificación de la letra, la estricta observancia de la generosidad

Para el día de hoy (12/10/10):
Evangelio según San Lucas 11, 37-41

(Por lo general, asociamos la imagen de una cena a la comunidad, al compartir, al confraternizar, al reencuentro de los amigos. No siempre es así.
El gesto provocador del Maestro en la mesa del fariseo
iba a traerle como consecuencia que escribas y fariseos comenzaran a acosarlo sin piedad. Esos primeros pasos tenebrosos desembocarían en su Pasión.

Porque Él señalaba sin ambages esa gran obstrucción del corazón que implica preocuparse en extremo por el cumplimiento puramente formal, por el que dirán, por la exterioridad como gobernante de la existencia. De ese modo, se reniega de todo lo que crece en el corazón, que es verdaderamente lo fundante de lo humano.

Por eso, sus palabras -¡Insensatos!- deberían dolernos, molestarnos, despertarnos.

Quizás sea preciso purificarse de cumplir la letra, lo externo, el cultivo la imagen... Y volvernos estrictos observantes de la generosidad, practicantes fervorosos de la misericordia.

El rito más sagrado tal vez sea volvernos almas generosas y desinteresadas de nosotros mismos, preocupados por el bien del hermano antes que del propio.

Tiempo de la Gracia, tiempo de una catarsis desde la solidaridad y la compasión)

Paz y Bien

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