La oración de Jesús

Para el día de hoy (19/05/10)
Evangelio según San Juan 17, 6. 11-19

(Ha terminado la última Cena con sus amigos, se acerca de modo casi inmediato el momento de su Pasión, momentos de angustia y soledad a los que no rehuirá.
Aún así, y a pesar de todo lo que se cierne en su horizonte, Jesús ora a su Padre.

Nada pide para sí mismo, suplica ser fiel a su misión por Amor a su Padre: allí radica su glorificación, ser fiel y obediente hasta el fin por Amor.

Ruega por sus amigos, pues sabe de sus miedos, de los temores que sobrevendrán, de las persecuciones que sufrirán; ora por los suyos para que sean santificados en la verdad... Quiere que sean enteramente libres en esa fuerza que libera, para anunciar -a un mundo que seguramente los perseguirá- la Buena Noticia.

Ruega por nosotros también: estar inmersos en un mundo a menudo hostil -tan del César y tan poco de Dios- para que el mundo se santifique en el Evangelio, para que suceda la liberación plena que procede de Dios, la libertad arraigada en la verdad.

Jesús ora con ternura y confianza; toda su vida es orante y siempre que se dirige a su Padre, tiene palabras para los suyos.
Y su Palabra es eficaz.

En esa oración de Jesús está nuestra confianza y nuestra esperanza.
No estamos ni estaremos jamás solos ni abandonados a nuestra suerte.

El Maestro se ha ido para quedarse más plenamente, con la fuerza del Espíritu que está por venir.

San Benito lo sabía bien: ora et labora propugnaba para sus monjes, y en esa definición la preeminencia la lleva el orar.

Seremos fieles cumplidores de la misión a la que se nos invita no tanto si oramos sin cesar, sino más bien si hacemos de nuestra vida una oración, plegaria que se exprese a cada paso dado)

Paz y Bien


2 comentarios:

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Gracias Ricardo por la entrada de hoy.
Cuando se vive enamorado, siempre hay comunicación ya verbal ya en el mismo silencio.
La oración es precisamente estar con el Amado en todo lo que hacemos durante el día, pero con distinto nivel, no es lo mismo estar compartiendo tu amistad en el trabajo, que estar a solas solos los dos en el recogimiento de la noche , dentro del alma.
Por eso toda nuestra vida es oración porque no dejamos de pensar con Quien amamos.
Con ternura.
Sor.cecilia

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Querida sor Cecilia, esto que usted comparte es un misterio tan profundo que sólo cuando se vive se puede comprender; está más allá de todo razonamiento, y aún así, usted en su blog lo ha expresado de un modo magnífico cuando nos compartió su esponsales con Cristo. Por eso, y por estar siempre a nuestro lado, mi profundo agradecimiento.
Quiera el Espíritu iluminar a usted y a su comunidad en este retiro espiritual que están realizando, y nos sumamos con mi familia y nuestra modesta oración.
Un afectuoso saludo en Cristo y María
Paz y Bien
Ricardo

Publicar un comentario

ir arriba