Signo de Esperanza


(Esta es una canción que se canta en varias de nuestras comunidades; los autores son el padre Julián Zini y Antonio Álvarez. Para los amigos de otras latitudes, es un ritmo folklórico de las provincias del litoral de este país que se llama chamamé. Tengo particular afecto por esta canción, pues representa fielmente la Iglesia a la que quiero y en la que creo y vivo. Un abrazo. Paz y Bien. Ricardo)

SIGNO DE ESPERANZA
chamamé - Julián Zini - Antonio Álvarez

Queremos ser una iglesia seguidora del Señor
Jesús, el Dios hecho Hombre, el Profeta, el Servidor.
Una iglesia de testigos con mártires, donde son
protagonistas los pobres y hombre nuevo el pecador.

Signo de esperanza, causa de alegría,
con doña María y un Jesús pascual.
La gente se siente siendo servidora
que es transformadora de la sociedad

Queremos ser una iglesia de veras comunidad:
fraterna porque la gente comparte fe y realidad.
Con sencillez y alegría aprende a participar
como lo hacían los cristianos con Pedro, Santiago y Juan.

Queremos ser una Iglesia con memoria y con raiz,
que tiene su antiguo modo, y su Abraham guaraní;
que ofrece sus dos amores de la cruz y la Itatí
al mundo nuevo, que es pobre, femenino y juvenil. 



Queremos ser una iglesia que está siempre en oración:
que alumbra toda su vida con la palabra de Dios.
Que celebra con su pueblo la nueva alianza de amor,
en la fiesta de la vida que es la cena del Señor.

Queremos ser una iglesia samaritana y cordial:
que organiza la esperanza y la solidaridad.
Donde el Espíritu Santo “padre de los pobres”
vá suscitando los servicios según la necesidad.

Queremos ser una iglesia que muestra el amor de Dios:
que sale a encontrar al hombre y lo abraza en su perdón.
Que consuela y acompaña, que agranda su corazón,
a medida de la gente que sufre la situación.

Queremos ser una iglesia en estado de misión,
que se abre, sale y propone al mundo el reino de Dios.
Que transforma desde adentro sociedad y corazón,
y planta comunidades donde se da conversión

aquí la pueden escuchar:

11 comentarios:

P. Enrique dijo...

Hermosa, hermosa, la canción. Gracias, gracias por compartirla, que letra más coloquial, cercana y real. El domingo el Señor nos hablaba de dar frutos y este dar frutos no se queda sólo en tranformación personal sino también social, esto es una gran verdad. Gracias hermano Ricardo. Bendiciones y que el Gozo y la Luz del Resucitado estén en usted.

Gaudiumlux dijo...

Hermosa, hermosa, la canción. Gracias, gracias por compartirla, que letra más coloquial, cercana y real. El domingo el Señor nos hablaba de dar frutos y este dar frutos no se queda sólo en tranformación personal sino también social, esto es una gran verdad. Gracias hermano Ricardo. Bendiciones y que el Gozo y la Luz del Resucitado estén en usted.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Gracias, hermano Enrique. ¡Tantos hermanos nuestros han ratificado con su vida esto en lo que creemos! Le confieso por otra parte que desde aquí, somos muchos los que rogamos que el Altísimo nos conceda la gracia de la canonización del padre Obispo Romero...Porque ha sido una bendición para las queridas y lejanas/cercanas tierras salvadoreñas, para toda Latinoamérica y para que crezca el árbol de esta comunidad que se nos ha regalado por pura bondad de Jesús, y que llamamos Iglesia. Un abrazo fraterno en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

Augusto dijo...

Siempre me gustó esta canción! es de esas que uno canta con ganas en las Misas y la hace anhelo y oración, y sueña con que sea vida en la vida de todas nuestras comunidades. Es el retrato de la Iglesia de Jesús, de los primeros cristianos reunidos a compartir la vida, honra también a lo que fué el Pentecostés del Concilio Vaticano II y los soplos fuertes y llenos de Vida nueva del Espíritu en nuestros Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida... Hago mias tus palabras, hermano Ricardo: "esta es la Iglesia que quiero y en la que cro y vivo" AMEN!
Cada vez que la cantemos, la recemos y la hagamos vida en en comunidad, nos sintamos en Comunión!
Abrazo fuerte en Tata Dios! Augusto

Augusto dijo...

Otra cosita: quería contarles que hoy 13 de mayo, la familia salesiana celebramos a la cofundadora de las Hijas de María Auxiliadora, Santa María Mazzarello... "Maín", la llamaban y le llamamos con cariño.
Tal vez no sea muy conocida para algunos, pero desde la sencillez y humildad absolutas, su presencia camina sobre todo en nuestra Patagonia, donde llegaron las primeras hermanas misioneras allá por finales del S XIX, y hoy, junto a los salesianos de Don Bosco siguen haciendo de esta tierra fecunda de santidad para muchos y muchas jóvenes. Gracias a la espiritualidad de Don Bosco y Madre Mazzarello, por ejemplo, brotaron en nuestro suelo patagónico las semillas de Ceferino (alumno salesiano) y Laurita Vicuña (alumna de las HMA)...
Madre Mazarello decía siempre, al enseñar bordado a las chicas de Mornese: "cada puntada, un acto de amor a Dios". Así fué su vida, en la que cada hora la vivía como "hora de amar a Dios".
Ojalá Tata Dios nos siga regalando a los jóvenes, salesianos y hermanas con el corazón como el de Don Bosco y el de Maín, que realmente vivieron su estar con los jóvenes como acto de amor a Dios, y se entregaron a ellos, los más pobres, con todo...
Abrazo y perdón por lo extenso! Augusto.

Cecilia dijo...

Me pregunto dónde la escuché, porque la conozco.

Beso.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Augusto, ante todo muchísimas gracias por tu presencia fraterna y tus palabras tan llenas de las cosas de Dios. Y no tenés que disculparte de nada: una de las cosas que me he planteado desde el comienzo en este mínimo emprendimiento es el de abrir espacios -que fueron, son y serán imprescindibles, pues el mundo nos vá encerrando constantemente- y lo que hacés al participar es darle significado y acrecentar esos espacios. Y además, en tu segundo mensaje resaltaste algo muy importante -que es todavía algo en lo que tengo que avanzar-: nos has recordado la vida fértil y frutal de una mujer santa como María Mazzarello, y con ella, todo el bien que ha prodigado la familia salesiana por este suelo. Nombraste con toda verdad y justicia al peñí Ceferino y a Laurita: hay muchos más, misioneros y misioneras consagrados totalmente al servicio de los pobres, la juventud y los pueblos originales de la Patagonia. Yo tengo siempre presente en mi corazón con mucho afecto al padre Obispo don Jaime de Nevares, salesiano él, su compromiso y su lucha...Y su capacidad de sonreír como su padre Don Bosco aún en medio del dolor y la adversidad.
¡Yapay peñí, Augusto! como dirían nuestros hermanos mapuches. Un gran abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Cecilia, a lo mejor la escuchaste en alguna misa o en algún encuentro y/o retiro, y creo que fue una de las principales canciones en el último congreso eucarístico. Gracias por andar por aquí. Un abrazo. Paz y Bien. Ricardo

Augusto dijo...

Hermano: nombrando a don Jaime, me hiciste alabar nuevamente a Dios, porque si hay algo que estoy seguro es que la Patagonia es un campo fértil de santidad. Creo que en esas tierras hay algo, pasa algo que no puedo vivirlo en ningún otro lado, y es difícil de explicar... es la Presencia del Dios de la Vida que casi puede palparse, escucharse, olerse, en los paisajes, en la gente...
Este verano estuve en la Catedral de Neuquén rezando donde descansa el primer padre Obispo de nuestra diócesis, don Jaime de Nevares. Fué muy fuerte estar ahí, muy emocionante. Pero quiero rescatar también la presencia de pastor de nuestro actual obispo, Marcelo Melani, también salesiano. El día de Don Bosco celebró junto a nosotros la Misa en mi pueblo (al norte de la provincia), en el oratorio de un barrio: su sencillez, sus palabras, su acompañamiento y su compromiso...
Agradezco siempre al Tata que en mi vida de joven me haya puesto en el camino esos ejemplos: el ejemplo de mi obispo, y como bien decís y muy cierto, tantos salesianos, hermanas y misioneros que fueron (son) en mi vida signos del Amor de Dios; y poder vivir ESA Iglesia, en la Patagonia, en Neuquén... Una Iglesia como la de la canción.
(Si alguna vez tenés oportunidad de leer algo del padre Francisco Calendino, un salesiano que vivió en el Norte Neuquino para y con los mapuches de la comunidad de Colipilli, es otro ejemplo de santidad muy poco conocido)
Abrazo muy grande! Augusto.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Augusto, durante los oscuros y espantosos años de la dictadura, la voz fuerte de don Jaime junto con la de los padres Obispos Angelelli, Ponce de León, Zaspe y Hesayne han sido luces brillando en la oscuridad para muchos de nosotros (incluso, don Miguel Hesayne anda todavía con sus más de ochenta años dando ejemplo de valentía y amor por los suyos). Renuevo mi enorme agradecimiento por tu presencia y tus palabras, y muy especialmente por lo que mencionás del padre Calendino, de quien sólo conocía su diccionario Mapuche-Español pero muy poco su obra... Voy a buscar para comenzar a publicar algo por aquí, es necesario para todos saber de estas vidas santas para que nos sigan animando y sosteniendo a vivir en el Espíritu de Aquél que nos rescató para la Vida. Un abrazo grande en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo

SOFIA CELESTE OJEDA dijo...

ME ENCANTAN LAS CANCIONES QUE SEAN SOBRE DIOS Y BUENO JESUS TODO LO QUE TIENEN LAS CANCIONES DE JESUS DIGAMOS EN LA LETRA SIEMPRE ABLA DE SU VIDA SU PASADO SU PRESENTE Y SU FUTURO.....
GRACIAS.
SOFIA CELESTE OJEDA

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