Allí es Pentecostés

Cuando el vivir diario, amargo,
decepcionante y aniquilador
se vive con perseverancia hasta el final,
con una fuerza cuyo origen
no podemos abarcar ni dominar.


Cuando uno corre el riesgo de orar
en medio de las tinieblas silenciosas
sabiendo que siempre somos escuchados,
aunque no percibimos una respuesta
que se pueda razonar o disputar...

Cuando uno acepta y lleva libremente
una responsabilidad sin tener claras perspectivas
de éxito y de utilidad...

Cuando se experimenta la desesperación
y misteriosamente se siente uno consolado
sin consuelo fácil...

Cuando se dá una esperanza total
que prevalece sobre las demás esperanzas particulares
y abarca con su suavidad y silenciosa promesa
todos los crecimientos y todas las caídas...

Entonces el Espíritu de Dios está trabajando.
Allí está Dios.
Allí es Pentecostés.

Karl Rahner, SJ

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