Señales de solidaridad


Para el día de hoy (24/03/09):
Evangelio según San Juan, 5, 1-3. 5-18

(Aquí no hay una parábola, no hay una figura literaria, no hay una narración conceptual.
Hay mucho tiempo de dolor, de enfermedad, de abandono.
Hay treinta y ocho años de estar tendido el hombre junto a la piscina que supuestamente curaba -de a uno por vez- sin nadie que se conmoviera y lo sumergiera en sus aguas.

Jesús lo cura, el hombre toma su camilla y se vá caminando.

Y el Señor cuando sana, pone en marcha lo que parecía tener una quietud de muerte.
Y el Señor privilegia al que sufre por sobre la Ley y el Sábado.
Y así se revela como Señor de la Historia y como Dios -Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo-

Nos queda a nosotros preguntarnos... Mejor aún, hacer silencio y dejar que el mundo nos interrogue con el auxilio del Espíritu de Jesús.
Porque al igual que el hombre en la camilla, hay muchos hermanos nuestros sumergidos en el dolor, en el sufrimiento, en la exclusión y parece -a veces- que a nadie de importara, que deberían tratar de arreglárselas como puedan.

Quiera Dios que, así como Él mostró su Infinita misericordia y compasión, nosotros sigamos sus pasos enviando a este mundo tan ajeno a la vida señales de solidaridad para el hermano en peligro. Y más aún, si ese hermano es un niño. No vaya a ser que lo que creemos por fé se reduzca solamente a ciertos formalismos vacíos de corazón.
Amén)

Paz y Bien



2 comentarios:

Salvador Pérez Alayón dijo...

Pidamos que nuestra fe y anhelos se concreten en la vida en nuestra preocupación por el bienestar de los otros. Sin embargo, descubro a través de estas reflexiones que, el tiempo también puede ser mi cruz. El tiempo de espera paciente y de confianza en que, cuando el SEÑOR quiera puede curarme. Y, la cruz, puede significar que sé que el SEÑOR me ve, me cuida, pero no sé cuando decidirá atenderme y curarme. La paciencia de ese enfermo y la constancia de esta ahí, iluminan mi camino de, también yo, SEÑOR mío, saber esperarte, llenarme de paciencia, y confiar en que cuando sea la hora, qué sólo TÚ SEÑOR lo sabes, me salvarás.
Un abrazo en XTO.JESÚS.

Ricardo Guillermo Rosano dijo...

Y yo rezo contigo, hermano, porque tu oración es veraz pues parte de un corazón confiado. Dios de bendiga, proteja y guíe tus pasos. Paz y Bien. Ricardo

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