La viña que se nos ha dado


Para el día de hoy:
Evangelio según San Mateo, 21, 33-46

(A través de la parábola, Jesús enseña acerca de su autoridad y procedencia: es el Hijo, el Heredero.
Ante todo, describiendo la formación de la viña, anuncia la mano bondadosa del Padre en la constitución del Pueblo Elegido, de Israel.
Pero implica también una denuncia a los viñadores infieles, a los poderosos que se apropiaron de esa viña que se les había confiado para provecho propio, llegando a matar a los enviados del dueño y al propio Hijo, con la intención de quedársela para ellos solos.
Por eso esa viña les será quitada a ellos y entregada a otro pueblo, para que rinda los frutos esperados por el Dueño...Frutos que serán repartidos entre todos.

La Promesa se mantiene inalterable.
El Pueblo Elegido también: sólo que ahora, Jesús transforma de una vez para siempre el carácter étnico de esa elección y la convierte en una elección espiritual, en una elección amorosa.
La Iglesia -en tanto universal, en tanto sacramento de Salvación y encuentro de la humanidad con Dios- tiene por vocación el cuidado de esa viña.

Nos queda para esta Cuaresma el silencio imprescindible para que el Espíritu de Jesús nos pregunte si somos viñadores fieles, si cumplimos con el mandato de denunciar a todo el que haga daño a la viña, si aceptamos en el corazón al verdadero propietario de ella, el Altísimo, que nos invita a cuidarla y a que produzca frutos para todos.)

Paz y Bien

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